lunes, 21 de noviembre de 2016

La gota, noviembre

Por suerte o no, hoy no es el día en que la gota colma el vaso y todo se desmorona. No obstante, desde hace días, parece que es la última. No puedo más, necesito vaciar este vaso, pues pesa demasiado ya y estoy demasiado débil.

Es el momento en que ya no es solo el sentirse humillada, despreciada y no valorada, si no que mucho más lejos de eso no tengo seguridad ni confianza alguna en mi, lo que repercute que hacía el resto también. No soy nadie y no es solo una forma de hablar, perdí quien era hace tiempo ya y no he vuelto a reconocerme.

He renunciado a algo por creer que hacer el bien para los demás, ya no me importa y por eso he tomado esa decisión. Que más da el futuro si es probable que o haya. Lo que hay es hoy. 

Hoy me gustaría no tener la capacidad de guardar recuerdos para así no acumular sufrimiento.

No es ninguna despedida, como antes dije, esta no es la última gota, me queda acudir a lo desconocido y eso me da
un poco de miedo, estoy sola.