viernes, 24 de octubre de 2008


Bastet, diosa con cuerpo de mujer y la cara de un gato se balancea entre tendencias buenas y malas, aparece en una fase tardía en la religión egipcia a pesar de que el simbolismo del gato es prehistórico. El gato, con su afinidad con el humano, siempre ha simbolizado una percepción aguda de las ciencias ocultas en la mayoría de sus antiguos orígenes.

La importancia dada al gato por los habitantes originales del Valle del Nilo se encuentra ligada directamente a su mirada espectral que personifica el resguardo secreto de un conocimiento misterioso. Simplemente con su magnética presencia puede prevenir y frustrar cualquier intento de ataque por parte de su entorno.

Bastet es la fascinación producida por un lugar prohibido. Cuándo se es consciente de este misterioso conocimiento, abre la puerta a la meditación y a la trascendencia en el sentido más profundo.

Los nacidos bajo el signo de Bastet buscan el equilibrio y la armonía en sus relaciones con los demás. Saben cómo proteger y dedicarse a sus seres amados, en tanto que descuidan ocasionalmente sus propios intereses. Poseen una fuerza y agilidad interiores que les ayuda a reconocer a sus enemigos ocultos y así triunfar sobre ellos. El carácter de Bastet puede presentir la más oscura de las fuerzas psíquicas. Cuándo se encuentran alineados con esta fortaleza intuitiva son capaces de proporcionar una gran sabiduría y objetividad en asuntos de negocios y especialmente en asuntos del corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario